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3 métodos comunes y aceptados para reparar una hernia



Hablar del tratamiento de hernias, sobretodo de las inguinales, sin hablar de la historia, es hablar del tema a medias. La meta en el tratamiento de una hernia, es sellar un orificio; así de simple. Por tal razón, cuando dicen "que van a sacar una hernia", se suele corregir con, "se va a reparar una hernia".
Desde tiempos Greco-Romanos, ya empezaban a tratar las hernias ligando lo que se conoce como el saco herniario. El saco herniario es la protuberancia que ocurre a través del defecto de la hernia y es la responsable de sostener los contenidos de la hernia, tales como; grasa, intestinos, etc. Prácticamente, se han descrito todos los componentes intra-abdominales dentro de una hernia. En esos tiempos, también extirpaban el testículo.
El tratamiento continuó evolucionando y ya en la Edad Media se estaban creando métodos para crear cicatrices, lo que conocemos como fibrosis, para evitar que los contenidos salieran a través de dichos orificios. Siendo la anestesia un hito en la cirugía, las técnicas asépticas, al igual que descripciones detalladas de la anatomía inguinal, permitieron que se desarrollaran nuevos métodos de reparación. Estos incluían el uso de los músculos del mismo paciente para sellar el defecto con diferentes combinaciones y aproximaciones para lograr la meta.
Con la adquisición de la experiencia y el problema que producían las recurrencias, se dieron cuenta que la tensión es una de las principales causas para que las hernias volvieran a salir. Hay autoridades que atribuyen las recurrencias al fallo en identificar un segundo defecto, pero el consenso general lo atribuye a la tensión. Para subsanar ese problema, a mediados de los años ’50, se comienza el uso de materiales prostéticos para alcanzar una reparación libre de tensión. Es el surgimiento de las famosas mallas. Se póstula que hubo una reducción en las recurrencias de un 10% a 1%.
Con el desarrollo de nuevos materiales prostéticos, y el nacimiento de técnicas mínimamente invasivas, en la década de los ’80 se comienzan a reparar las hernias por métodos laparoscópicos. Fue un resurgir de métodos de antaño en donde las hernias se reparaban desde adentro, lo que se conoce como una reparación posterior; el equivalente a colocar un parcho en un neumático.
El método laparoscópico tiene y ha tenido mucha resistencia debido a sus altos costos y la dificultad que conlleva realizar este procedimiento, sobretodo que los cirujanos tenemos alta pericia a la hora de reparar hernias por métodos convencionales. La frase es; convertir una cirugía fácil en una difícil. Lo cierto que es ambas técnicas tienen sus retos y desafíos y en cirugía, no hay nada fácil.
A esto le sumamos cuestionamientos en cuanto a la recuperación, incluyendo el dolor, el cual la laparoscopia reporta menos dolor, pero las complicaciones pueden ser mayores; tales como perforaciones, que no se ven en métodos abiertos.
Métodos de reparar una hernia
Hoy en día existen tres métodos comunes y aceptados para la reparación de hernias. Estos son:
- Reparación con los mismos tejidos del paciente
- Reparación abierta con colocación de malla libre de tensión
- Reparación laparoscópica con colocación de malla
La decisión en el tipo de reparación la va a tomar el cirujano en conjunto con el paciente y va a depender de lo siguiente:
- Si es una reparación inicial
- Si es una reparación recurrente
- Si se va a reparar hernias concurrentemente
- La disponibilidad de equipos
- La pericia que tenga su cirujano de confianza en dichos métodos
Usualmente, la recuperación es alrededor de seis semanas sin levantamiento de cosas pesadas, pero va a depender del método utilizado y si hubo o no alguna complicación.