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Posibles consecuencias del consumo de carnes tratadas con hormonas

En los días actuales se ha hecho posible el consumo de carnes provenientes de animales que han sido tratados con hormonas de crecimiento. Esto tiene el fin de acortar el período de desarrollo del animal. De esta manera estará apto para ser sacrificado en un lapso de tiempo menor.
A partir de estos conocimientos, se han generado numerosos debates ya que no se sabe con exactitud cuáles son las consecuencias para la salud del consumo de este tipo de carnes. Los estudios acerca de los posibles efectos sobre el ser humano de las hormonas utilizadas para favorecer el crecimiento rápido de los animales son escasos. Esto se debe a que no es fácil distinguir en una carne la hormona inyectada artificialmente de aquellas contenidas en forma natural.
La utilización de hormona de crecimiento en ganado es una práctica aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) desde 1993. Las concentraciones de esta hormona no son suficientes para provocar efectos significativos en los seres humanos. Sin embargo, el mayor temor es que la hormona de crecimiento aplicada al ganado puede generar un aumento en los niveles de factor de crecimiento-insulina (IGF) que puede actuar con efectos similares a la hormona de crecimiento. Así, la leche proveniente de animales tratados con hormona recombinante de crecimiento bovino contiene diez veces más factor de crecimiento-insulina que otras. Los riesgos que conlleva el consumo de estas leches incluyen mayor probabilidad de desarrollar cáncer de mama, de próstata y otros cánceres.
La aplicación de estrógenos (estradiol) al ganado también es práctica muy habitual desde 1950. Una de las mayores preocupaciones al respecto es la posibilidad de que el consumo de estas carnes promueva el desarrollo temprano de la pubertad en niños. Algunos estudios muestran que los niños que han consumido carnes y leches provenientes de animales tratados con hormonas entraban en la pubertad antes que los que no lo hacían. Sin embargo, los especialistas afirman que esta diferencia puede deberse a otras causas como alimentación más rica en proteínas y calorías. Este hecho, junto al aumento de la obesidad, favorece el desarrollo de células adiposas productoras de hormonas sexuales. Además, la cantidad de estradiol presente en carnes y leches es ínfima en relación a la necesaria para el desarrollo puberal.
Alternativas
Con el fin de evitar inconvenientes para la salud y riesgos innecesarios es posible optar por otras alternativas:
- Consumir carne roja no más de dos veces por semana
- Optar por carnes orgánicas
- Elegir leches orgánicas o leches vegetales provenientes de cereales o semillas
Referencias
Weiert Velle. THE USE OF HORMONES IN ANIMAL PRODUCTION. Obtenido el 21 de Marzo en: http://www.fao.org/DOCREP/004/X6533E/X6533E00.HTM.
Lise Aksglaede, Anders Juul, Henrik Leffers, Niels E.Skakkebæk and Anna-Maria Andersson. The sensitivity of the child to sex steroids: possible impact of exogenous estrogens. Human Reproduction Update, Vol.12, No.4 pp. 341–349, 2006.
REGINA VASILATOS-YOUNKEN. Proposed Mechanisms for the Regulation of Growth Hormone Action in Poultry: Metabolic Effects. The Journal of Nutrition. (1995), Vol. 125(6 Suppl):1783S-1789S.