Las mujeres que nunca experimentan un embarazo o que tienen su primer hijo después de los 30 años presentan un mayor riesgo de desarrollar cáncer mamario.

El embarazo puede ayudar a proteger contra el cáncer de mama porque empuja a las células mamarias hacia la última fase de maduración y cambia el ciclo hormonal hacia la progesterona en vez del estrógeno.

El riesgo de desarrollar cáncer de seno aumenta a medida que la mujer envejece.

Aunque no hay una investigación confiable que confirme que comer o evitar determinados alimentos reduce el riesgo de desarrollar cáncer de seno, lo cierto es que una buena alimentación, mantener un peso saludable, hacer ejercicios con regularidad, limitar el consumo de alcohol y el no fumar ayudan a minimizar el riesgo de padecer cáncer de seno.

Aunque existen tratamientos quirúrgicos para las demás lesiones, la única que va a requerir una extirpación extensa es el cáncer.

Tanto la mamografía, sonomamografía como el MRI de seno se utilizan para detectar cáncer de seno aún sin presentar síntomas. Tu médico primario decidirá qué estudio es ideal para ti basándose en la edad, historial familiar y factores de riesgo genéticos entre otros. La aseveración “d” es incorrecta ya que el MRI no usa radiación.

Aunque existen algunas indicaciones para MRI de cernimiento, la finalidad del MRI es ser utilizado en pacientes ya diagnosticados con cáncer de seno, la respuesta a quimioterapia, ver enfermedad residual o recurrencia de tumor, detección de cáncer en pacientes de alto riesgo, ayudar con resultados incongruentes en mamografía y sonomamografía, visualización de implantes.

Las mujeres de riesgo promedio deben comenzar entre 40 a 44 años de edad. Éstas tienen la opción de iniciar la detección con una mamografía cada año.

Durante el estudio de mamografía, se aplica una compresión que dura segundos. Una compresión firme del seno ayuda a obtener una imagen con un buen contraste a dosis de radiación más baja. La compresión adecuada del seno permite mejor visualización de lesiones que pudieran ser camufladas por el tejido.

Durante el estudio de mamografía, la glándula tiroidea no está directamente expuesta a la radiación. Los factores de técnica de exposición son bajos por lo que la radiación dispersa no es significativa para afectar la tiroides.

La sonomamografía resulta más beneficiosa para mujeres jóvenes con factores de riesgos bajo para evitar dosis de radiación innecesarias. Si tienes 40 años o más los beneficios de detección superan los riesgos de exposición a la radiación.

Si presentas síntomas, te puedes realizar una mamografía diagnóstica y no de cernimiento. De esta manera, no presentaría contratiempos con tu seguro médico. Puerto Rico cuenta con organizaciones que brindan ayuda para aquellos pacientes a quienes se les dificulta pagar una mamografía.

Aunque la mayoría de las personas que desarrollan cáncer de seno no tienen historial familiar de la enfermedad, lo cierto es que cuando se presentan estos historiales en la familia pudiera haber razones para creer que se ha heredado un gen anormal que esté asociado a un mayor riesgo de cáncer de seno.

La hiperplasia atípica se conoce como un crecimiento anormal de células, por lo tanto, su médico tendrá que hacer estudios más rigurosos para asegurarse de que no haya algo más serio en el área. Algunos médicos le pueden dar la alternativa de utilizar medicamentos preventivos o una cirugía excisional del área.